Textos y Consignas

Los textos que se reproducen a continuacion son extraidos aleatoriamente de las numerosas lecturas de estos años en los que transité la consistencia molecular de palabras y oportunidades.
Las Consignas escriturarias ayudan, desde su eventualidad, a construir el tejido igneo de las palabras a partir de una forma no estructurada de entenderlas.
Asi, forma y contenido, no son referencias de un marco teorico.
Mas sencillamente, Textos y Consignas son un juego ceremonial al que no hay que darle mucha veracidad.
Solo un poco, poquito de ternura y solidaridad...

lunes, 22 de agosto de 2011

José Saramago- El hombre duplicado

Por casualidad o intención desconocida, alguien le ha dicho al director del instituto que Tertuliano Máximo Alfonso se encontraba en la sala de profesores, haciendo hora para el almuerzo según todas las apariencias, puesto que su única ocupación desde que entro había consistido en leer los periódicos. No releía ejercicios, no daba los últimos toques a un tema en preparación, no tomaba notas, solo leía los periódicos. Había comenzado sacando de la cartera la factura del alquiler de los treinta y seis videos, la puso abierta sobre la mesa y busco en el primer periódico la pagina de los espectáculos, sección cines. Haría después lo mismo con dos periódicos más. Aunque, como sabemos, su adicción al séptimo arte sea de fecha reciente y su ignorancia acerca de todas las cuestiones relacionadas con la industria de la imagen continúe prácticamente inalterable, sabia, imaginaba o intuía que las películas de estreno no serian lanzadas inmediatamente al mercado del video. Para llegar a esta conclusión no era necesario estar dotado de una portentosa inteligencia deductiva o de fantásticas vías de acceso al conocimiento que prescindiesen del raciocinio, se trata de una simple y obvia aplicación del mas trivial sentido común, sección mercado, subseccion venta y alquiler. Busco los cines de reestreno y, uno a uno, bolígrafo en mano, fue confrontando los títulos de los filmes que se exhibían con los que constaban en la factura, marcando esta con una crucecita cada vez que coincidían. Si a Tertuliano Máximo Alfonso le preguntásemos por que motivo lo estaba haciendo, si era su idea ir a esos cines para ver las películas que ya poseía en video, lo mas seguro seria que nos mirase sorprendido, estupefacto, tal vez ofendido por juzgarlo capaz de una acción tan absurda, aunque no nos daría una explicación aceptable, salvo esa que levanta murallas ante la curiosidad ajena y que en dos palabras se dice, Porque si.

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