Textos y Consignas

Los textos que se reproducen a continuacion son extraidos aleatoriamente de las numerosas lecturas de estos años en los que transité la consistencia molecular de palabras y oportunidades.
Las Consignas escriturarias ayudan, desde su eventualidad, a construir el tejido igneo de las palabras a partir de una forma no estructurada de entenderlas.
Asi, forma y contenido, no son referencias de un marco teorico.
Mas sencillamente, Textos y Consignas son un juego ceremonial al que no hay que darle mucha veracidad.
Solo un poco, poquito de ternura y solidaridad...

lunes, 10 de enero de 2011

Isaac Bashevis Singer- Sombras sobre el Hudson

Los pensamientos se habían materializado en palabras y las palabras en hechos. Acababan de planear que emprenderían un viaje y ya estaban en camino. Tras la ventana se desplegaba un paisaje desolado: descolorido y macilento, nublado, sumido en un ensimismamiento tan antiguo como la propia creación del mundo. A Grein le pareció que hasta el cielo se asombraba: “¿De donde provengo? ¿Quien me ha extendido sobre la tierra como una tienda de campaña? ¿De donde ha salido todo lo demás: los árboles, los ríos, los bosques?” Las ramas, los cristales de las ventanas, los penachos de humo que subían de las chimeneas compartían el asombro de Grein. Durante unos momentos un pájaro intentó seguir el tren, pero pronto quedó atrás.
Grein respiro profundamente. Que maravilloso le resultaba todo: estar sentado en un tren en marcha, ver el cielo y tener a su lado a una persona del otro sexo, un misterio llamado Anna. El viaje le aclaraba el enigma del tiempo: se enrolla en si mismo como el pergamino de una “meguilá”. No, mas bien como el pergamino de los libros de la Torá, que vuelve a enrollarse apresuradamente en la fiesta de Simjat Torá cuando, acabados de leer los dos últimos capítulos del Deuteronomio, se empieza de nuevo por el Génesis. Los capítulos semanales pasan en un abrir y cerrar de ojos, los cinco libros se suceden con rapidez, aquí esta el Deuteronomio, llega Números, Levítico... todo se mueve, todo se va enrollando mientras todo permanece: cada palabra, cada carácter, cada floritura de la letra. Sin embargo, ¿que había escrito en ese rollo acerca de él, de Grein? “Hubo un hombre llamado Grein que abandonó a su esposa y a sus hijos, dejó sus negocios y se trasladó a Florida con la esposa de un amigo. En su desenfreno creyó que Dios no existía, que no había ley ni castigo, que todo era puro azar y caos. Y he aquí que sus días sobre la tierra ya estaban contados, y los clarividentes leyeron anticipadamente su epitafio y vieron su lapida y la hierba crecer sobre su tumba. En su ceguera, imaginó que su placer seria eterno”.

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