Textos y Consignas

Los textos que se reproducen a continuacion son extraidos aleatoriamente de las numerosas lecturas de estos años en los que transité la consistencia molecular de palabras y oportunidades.
Las Consignas escriturarias ayudan, desde su eventualidad, a construir el tejido igneo de las palabras a partir de una forma no estructurada de entenderlas.
Asi, forma y contenido, no son referencias de un marco teorico.
Mas sencillamente, Textos y Consignas son un juego ceremonial al que no hay que darle mucha veracidad.
Solo un poco, poquito de ternura y solidaridad...

jueves, 4 de noviembre de 2010

Anthony Burgess- La Naranja Mecánica- Introducción

“... Por definición el ser humano esta dotado de Libre Albedrío y pude elegir entre el bien y el mal. Si solo puede actuar bien o solo puede actuar mal, no será mas que una Naranja Mecánica, lo que quiere decir que en apariencia será un hermoso organismo con color y zumo, pero de hecho no será mas que un juguete mecánico al que Dios o el Diablo (o el todopoderoso estado, ya que esta sustituyéndolo a los dos) le darán cuerda. Es tan inhumano ser totalmente bueno como totalmente malvado. Lo importante es la elección moral. La maldad tiene que existir junto a la bondad para que pueda darse esa elección moral. La vida se sostiene gracias a la enconada oposición de entidades morales. De eso hablan los noticiarios morales. Desgraciadamente hay en nosotros tanto pecado original que el mal nos parece atractivo. Destruir es más fácil y mucho más espectacular que crear. Nos gusta morirnos de miedo ante visiones de destrucción cósmica... Parece mojigato e ingenuo negar que mi intención al escribir la novela era excitar las peores inclinaciones de mis lectores. Mi saludable herencia de pecado original se exterioriza en el libro y disfruto violando y destruyendo por poderes. Es la cobardía innata del novelista, que delega en personajes imaginarios los pecados que el tiene la prudencia de no cometer. Pero el libro también guarda una lección moral, la tradición de repetición e la importancia de la elección moral. Es precisamente el hecho de que esa lección destaca tanto lo que me hace menospreciar a veces la Naranja Mecánica como una obra demasiado didáctica para ser artística. No es misión del novelista predicar sino mostrar...”


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