Textos y Consignas

Los textos que se reproducen a continuacion son extraidos aleatoriamente de las numerosas lecturas de estos años en los que transité la consistencia molecular de palabras y oportunidades.
Las Consignas escriturarias ayudan, desde su eventualidad, a construir el tejido igneo de las palabras a partir de una forma no estructurada de entenderlas.
Asi, forma y contenido, no son referencias de un marco teorico.
Mas sencillamente, Textos y Consignas son un juego ceremonial al que no hay que darle mucha veracidad.
Solo un poco, poquito de ternura y solidaridad...

viernes, 5 de noviembre de 2010

Slavoj Zizec- Lacrimae Rerum- El Ciberespacio

“... Si Adán cayó en desgracia y fue expulsado del Paraíso no fue simplemente porque se dejó tentar; la idea es mas bien que cometió el error filosófico de “retroceder” del Ocasionalismo a un vulgar empirismo sensual, según el cual los objetos materiales afectan directamente a nuestros sentidos, sin la mediación del Gran Otro (Dios) o dicho de otro modo, la Caída tiene que ver ante todo con las convicciones filosóficas de Adán. Antes de la Caída, Adán tenía un perfecto dominio sobre su cuerpo y conservaba la distancia respecto a él, consciente de que la conexión entre su alma y su cuerpo era contingente y meramente ocasional, era capaz en todo momento de suspenderla, bloquearla y dejar de sentir dolor o placer. El dolor y el placer no eran fines en si mismo, servían solo para dar información sobre lo que era bueno o malo para la supervivencia de su cuerpo. La Caída se produjo cuando Adán se entrego excesivamente (es decir mas allá de lo necesario para recoger la información precisa para la supervivencia en el entorno natural) a sus sentidos, cuando dejó que sus sentidos lo afectaran hasta el punto de perder su distancia respecto a ellos y apartarse del pensamiento puro. El objeto responsable de la Caída, por supuesto, fue Eva. Adán cayó cuando la visión de Eva desnuda le distrajo por un momento y le hizo creer que la causa de su placer sexual era la propia Eva, de forma directa y no ocasional; Eva fue responsable de la Caída en la medida en que dio pie al error filosófico del realismo sensual. Cuando Lacan asegura que “la femme n¨existe pas”, hay que leer la proposición como un argumento decisivo en favor del Ocasionalismo y en contra del empirismo sensual, cuando un hombre goza sexualmente de la mujer, esta no es la causa directa sino ocasional de su goce, el hombre goza de la mujer porque Dios (el Gran Otro, la red simbólica) la sostiene como objeto de satisfacción. En otras palabras, Eva ocupa el lugar de la negación fetichista primordial de la “castración”, es decir la negación de que el efecto que produce un objeto sensual (la mujer) no se funda directamente en sus propiedades, sino que viene mediado por el lugar que ocupa en el orden simbólico, y como ya señalo san Agustín, el castigo, el precio que Adán tuvo que pagar por su Caída, consistió muy adecuadamente en una perdida del pleno dominio sobre su cuerpo: la erección de su pene escapó a partir de entonces a su control...”

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