Textos y Consignas

Los textos que se reproducen a continuacion son extraidos aleatoriamente de las numerosas lecturas de estos años en los que transité la consistencia molecular de palabras y oportunidades.
Las Consignas escriturarias ayudan, desde su eventualidad, a construir el tejido igneo de las palabras a partir de una forma no estructurada de entenderlas.
Asi, forma y contenido, no son referencias de un marco teorico.
Mas sencillamente, Textos y Consignas son un juego ceremonial al que no hay que darle mucha veracidad.
Solo un poco, poquito de ternura y solidaridad...

jueves, 30 de diciembre de 2010

Gustavo Plis-Sterenberg- Monte Chingolo

La Retirada

Por el camino General Belgrano desde el norte, se acercaba una sección del Regimiento de Infantería I, que luego de superar las contenciones a su paso, acudía en apoyo de la unidad atacada.
El parte de combate del Regimiento “Patricios” menciona que a las 22.20 horas “en un avance por el Camino General Belgrano y a cincuenta metros de la entrada al Batallón Deposito de Arsenales 601, se observa una luz sobre la izquierda del camino; se adelanta el jefe del segundo grupo y un soldado para reconocer e informar sobre tal situación. Al acercarse comprueba que se encuentra en las inmediaciones un delincuente subversivo al que pone fuera de combate, hecho este que produce la reacción de otros tres delincuentes que abren fuego hiriendo al mencionado suboficial. De inmediato la Sección abre el fuego poniendo fuera de combate a los tres delincuentes que se encontraban en ese lugar”.
El oficial jefe de la sección reten del RI 1, teniente Rubén Chenlo, había enviado al jefe del segundo grupo de la unidad, cabo primero Néstor Rodríguez, para efectuar el reconocimiento. El suboficial resulto herido en el hombro derecho por la explosión de una granada.
Los guerrilleros, pertenecientes a uno de los grupos de hostigamiento, habrían sido puestos “fuera de combate” y no “abatidos, aniquilados o eliminados” como en la jerga militar habitualmente se interpreta la muerte del oponente. Por lo tanto, es probable que los insurgentes (alguno de ellos, heridos) hayan conseguido replegarse al interior de la villa.
“Yo vi como chicos y chicas hermosas se hacían transfusiones de sangre en el medio de la calle. Tenían veinte años como mucho. Y gritaban llenos de dolor. Les dije que tenían que escapar ladeando el arroyo Las Piedras hasta Cadorna”, afirmó Rubén Caruso, vecino del barrio.

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